La Feria Cáritas de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro

Los días 16, 17 y 18 de mayo, en la Basílica de Nuestra Señora del Socorro se realiza una Feria Americana de la mano de Cáritas. Este evento no solo es una oportunidad para adquirir ropa, libros y accesorios para la casa a precios accesibles, sino que también representa el compromiso solidario de la gente hacia los más necesitados. Marita es la encargada de coordinar y organizar la feria de Cáritas del Socorro y nos abrió las puertas para conocer su historia más profundamente.

Hasta el 2020, la parroquia organizaba una feria en el patio trasero, donde se vendían ropa y otros artículos donados. Sin embargo, con la llegada de la pandemia y las restricciones que esta trajo, la feria se tuvo que reinventarse. La gente con demasiado tiempo libre comenzó a ordenar sus placares, llenando la parroquia de ropa donada, y la feria se tuvo que mudar de forma online a Instagram, donde siguieron vendiendo los productos durante el aislamiento.

Cuando todo volvió a la normalidad, la feria empezó a realizarse nuevamente en la parroquia, pero con una nueva dinámica. Hoy en día, cada mes, la parroquia organiza dos ferias: una grande, de tres días, que se realiza en el sótano, y otra más pequeña, arriba en la iglesia. Los fondos recaudados de ambas ferias se destinan a comprar lo necesario para los desayunos que se sirven a personas en situación de calle y otros gastos operativos de la parroquia. Cada día, más de 100 personas en situación de calle reciben desayuno en la parroquia. Además, se ofrece asistencia específica en distintos días de la semana: ropa para hombres los lunes y jueves, mujeres y familias los martes, y duchas los miércoles. Pronto reabrirán la peluquería, que había cerrado por falta de peluqueros durante la pandemia. Además de ofrecer estos servicios, la parroquia alberga a 22 hombres, proporcionando un lugar seguro para vivir mientras se les ayuda a reconectar con sus familias, obtener documentos y recibir tratamiento para problemas de adicción.

Pero lo más destacado de esta comunidad solidaria es su enfoque en el voluntariado. Con nueve voluntarios necesarios cada mañana para preparar y servir desayunos, la parroquia siempre busca nuevas manos dispuestas a ayudar. Jóvenes universitarios, en particular, han respondido al llamado, encontrando en el voluntariado una forma de hacer una diferencia tangible en la vida de los demás.

En medio de todo esto, la parroquia se esfuerza por mantener altos estándares de organización y cuidado. Todos los beneficiarios son registrados y se garantiza que ningún individuo ingrese bajo la influencia de drogas o alcohol. Además, cuentan con un equipo dedicado de asistentes sociales, psiquiatras y psicólogos para brindar apoyo integral.

Las tres palabras con la que Marita define este proyecto son: darse, encuentro y solidaridad. Estas palabras encapsulan el espíritu de la parroquia y su compromiso continuo con la comunidad.

Por Sofía Zoppi

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